Una Guerra Imposible
Una Guerra Imposible es un juego de mesa estilo wargame que refleja el teatro principal de operaciones de la Primera Guerra Carlista de 1834 a 1838 e incluye el desarrollo de las operaciones en el resto del territorio español.
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Descripción
Una Guerra Imposible es un juego de mesa estilo wargame que refleja el teatro principal de operaciones de la Primera Guerra Carlista de 1834 a 1838 e incluye el desarrollo de las operaciones en el resto del territorio español.
Una Guerra Imposible es un juego sobre los años decisivos de la Primera Guerra Carlista en el Norte. Infantería y caballería están representadas por bloques, que aportan niebla de guerra a las operaciones. También hay fichas de artillería (de campaña y de montaña) y unidades logísticas (trenes de suministro y mochilas).
El mapa principal es un tablero de localizaciones y cubre la zona de operaciones del Norte: Navarra, País Vasco y áreas limítrofes de La Rioja, Burgos y Cantabria. Además de las capitales, aparecen villas principales y otras poblaciones, así como las vías de comunicación principales y secundarias. Hay otro mapa más pequeño del resto de la España peninsular, en cuyas regiones se extiende la sublevación carlista y actúan las expediciones enviadas desde el Norte.
Cada turno, los jugadores se disputan la iniciativa y realizan un número variable de acciones. También hay un mazo de cartas para cada bando que incluye eventos históricos, operacionales y tácticos. Las cartas añaden trasfondo e imprevisibilidad al juego, contribuyendo a que cada partida sea diferente. NO es un juego de motor de cartas, sino asistido por cartas.
Una Guerra Imposible simula el conflicto histórico, en el cual abundaron las escaramuzas, escasearon las grandes batallas y la guerra de asedio tuvo gran trascendencia. Es un juego asimétrico en el que cada bando cuenta con fortalezas y debilidades. Los jugadores intentarán aprovechar unas y soslayar las otras para hacerse con la victoria.
El jugador carlista debe aprovechar la superior movilidad y calidad de sus unidades para consolidar su territorio, desgastar al enemigo y amenazar las ciudades. El jugador liberal intenta contener y someter la insurrección; dispone de más tropas, pero son peores y sufren un infierno logístico. Además, en el resto de España debe sofocar las sublevaciones y perseguir las expediciones enviadas por los carlistas.