En Póquer de bichos tendremos que tirarnos faroles para evitar acumular bichos y/o hacer que se los acumulen los demás jugadores.
Se reparten todas las cartas dejando siete en un mazo en el centro de la mesa. El jugador que comienza la ronda pasa una carta boca abajo a cualquier otro jugador, asegurando que es uno de los siete posibles bichos: cucaracha, chinche, sapo, murciélago, mosca, rata o escorpión.
¿Se estará quedando conmigo? ¿Estará diciendo la verdad?. El jugador que recibe la carta tiene dos opciones: mirarla y pasarla a otro jugador (si la carta no ha pasado ya por todos) diciendo cualquier otra afirmación, o incluso la misma, o decir si es verdad o mentira y levantar la carta. Si la levanta diciendo que es verdad y lo es, o si dice que es mentira y acierta, el jugador que pasó la carta la coloca frente a él. Si, por el contrario, se equivoca, la colocará frente a sí mismo. Y si resulta que la carta es real, el que se la lleve tendrá que colocarse, además, la primera del mazo.
En este juego no se trata de ganar, sino de no perder. Pierde el primer jugador que acumule cuatro bichos del mismo tipo, o el que no pueda iniciar un turno por falta de cartas.
Póquer de bichos es un juego sencillo y divertido con un ligero toque de estrategia y algo de tensión. Cuanto mejor sepas mentir o reconocer los faroles de tus adversarios menos posibilidades tendrás de ser engullido por los hambrientos bichos.