Tres hurras por el Amo es un divertido juego de cartas y esbirros malvados en el que tu dueño y señor está triste. Y ¿quién se lleva la peor parte cuando el Amo está así? Vosotros, los esbirros. Que el Amo esté apesadumbrado es comprensible. Conquistar todas las tierras conocidas no es tarea fácil y tiene que ser muy cansado. Después de levantar un imperio del mal en todo el mundo, ¿qué puede darle sentido a su vida? Eres un pez gordo dentro de los acólitos del Amo, así que más vale que pienses en algo, y rápido. ¿Una maratón de su serie favorita? ¿Someter bajo el yugo del mal alguna población cercana? No, espera. Has tenido una idea: ¿Por qué no organizar una competición? De torres de animadores, por ejemplo. Cuanto más altas, más espectaculares. Y suelen terminar mal, por los suelos. Perfecto entretenimiento para el Amo.
Tres hurras por el Amo es un divertido juego de cartas en el que de dos a seis jugadores comenzáis la partida con tres cartas de esbirro y tenéis que conseguir levantar la torre más espectacular. ¡Pero cuidado! Tu tiempo es limitado porque el Amo está a punto de llegar y tu deber es sorprenderle. Por si esto fuera poco te enfrentas a un obstáculo más, la naturaleza irascible de todas las criaturas del Amo. Durante la competición se puede palpar una calma tensa que va a terminar tarde o temprano ¡en bronca!.
Los esbirros
Para ganar en Tres hurras por el Amo tienes que levantar la torre más alta posible utilizando tus cartas de esbirro. Cada una de estas cartas, que representa a un terrible y brutal servidor del mal, te proporciona gran cantidad de información. El símbolo de rasgo, por ejemplo, te habla acerca de cómo es tu esbirro y qué habilidades tiene: si es débil, está hambriento, puede volar, es ágil, es un kamikaze, está blindado, es claustrofóbico, un perfecto ninja, un asesino o tan pesado que es capaz de aplastar a los esbirros de las filas inferiores de una torre. Cada carta indica también qué flancos tiene el esbirro cubiertos por escudos y a qué otras cartas de la torre puede atacar. Si la carta tiene una flecha a la derecha, por ejemplo, significa que ese esbirro atacará a otro que esté colocado a su derecha en una torre.
Los esbirros no son especialmente poderosos, de hecho una sola herida es suficiente para matarles. Pero también pueden morir devorados, aplastados, apuñalados, ahogados, reventados o incluso pueden caerse desde lo alto de la torre. Todo dependerá de cómo juegues tus cartas de esbirro. Por cierto, durante tu turno puedes jugar dichas cartas tanto en tu propia torre para hacerla crecer como en las torres de tus enemigos para sembrar el caos y la destrucción. Eres un esbirro, es lo que se espera de ti.
Caos y Orden
Además de las cartas de esbirro, en Tres hurras por el Amo hay otro tipo de cartas que provocan que pasen cosas en el juego y hacen que avance. Como las cartas de orden, que pueden ser de movimiento, de intercambio, de ataque o de desvío. La mayoría de ellas te dan a escoger entre dos opciones y de tu elección dependerá el efecto que tengan en el juego. Como buen servidor del mal tendrás que pensar cómo causar el mayor daño posible a los intereses de tus oponentes con ellas. Estas cartas también pueden jugarse tanto en la torre propia como en cualquier otra que haya sobre la mesa.
Pero con el caos llega la mejor parte, esa que estabas esperando. ¡La bronca! Y es que son muchos esbirros pasando demasiado tiempos juntos, trabajando en equipo. Tenían que saltar chispas y lo sabías. Los enfrentamientos y ataques se suceden en tu torre. Incluso es posible que en plena contienda alguno de tus esbirros se caiga de la torre por efecto de la gravedad.
¿Aquí quién manda?
Como en toda organización del mal, los esbirros necesitan líderes tiranos que no les permitan pasarse de la raya. Tú juegas ese rol en Tres hurras por el Amo y durante la partida estás representado por una ficha de Cabecilla. Esa ficha salta de un lado a otro de tu torre, de un esbirro a otro, marcando el territorio a medida que corretea por ahí. El esbirro sobre el que tu Cabecilla está montado es tu esbirro de carga.
Ya hemos dicho que en Tres hurras por el Amo tu misión es impresionar a tu señor y tenerlo todo preparado para que cuando llegue su sorpresa sea mayúscula y su estado de ánimo mejore. Cuando en el mazo aparezca la carta Se acerca el Amo eso debería ponerte sobre aviso y hacer que el pánico se apodere de los esbirros que deberán entonces pensar sus movimientos finales. Y cuando destapes la carta ¡Ha llegado el Amo! tu tiempo habrá terminado. Será hora de resolver los conflictos pendientes, de que los esbirros ajusten cuentas en tu torre. Una vez hecho esto el jugador que obtenga una mayor puntuación se habrá ganado las loas y alabanzas del Amo y, por tanto, gana la partida.
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