En Rapidcroco, se ha cometido un robo y nada más y nada menos que 32 cocodrilos son sospechosos. El ordenador central de la policía va a daros pistas para encontrar lo antes posible al culpable. Pero cuidado, porque no sólo hay que seguir la dirección que señalan los brazos de los cocodrilos, sino hay que tener en cuenta las cartas "mienten todos" que muestran los 3 hipopótamos. Un extraordinario juego de observación y rapidez.
En Rapidcroco, cada carta de cocodrilo representa a un cocodrilo que posee un aspecto propio: hombre o mujer, gordo o flaco, con o sin sombrero, con o sin gafas y verde o azul. Cinco características con dos modalidades cada una… 32 cartas distintas. Además cada cocodrilo señala a un punto cardinal. También hay hipopótamos que se limitan a decir “Todos mienten”.
Al principio de cada ronda se muestran cinco de las diez cartas criterio. Cada una de ellas corresponde a una característica distinta, conformando así la imagen de nuestro primer sospechoso. Por ejemplo, si sale hombre, gordo, con sombrero, con gafas y verde; hay que buscar al cocodrilo que reúna esas cualidades.
Pero el juego no acaba ahí. Ese primer cocodrilo señalara a un segundo. Y el segundo a un tercero. Y así hasta que lleguemos al momento en el que un cocodrilo es señalado dos veces. Ese es el culpable. El primero que identifique al malhechor en cuestión debe señalarlo mientras grita “Queda detenido, Crocodrilo”. Si ha acertado, gana esa carta. El primero en ganar tres cartas es el vencedor.